El cuarto informe de EL PAÍS eleva los casos al 0,9% del clero en las últimas décadas Más de 1.000 acusados de pederastía en la Iglesia española |
ÍÑIG0 DOMÍNGUEZ/JULIO NÚÑEZ LUCÍA F0RASTER, Madrid Los acusados en la Iglesia católica española de abuso a menores, entre clérigos y laicos de instituciones religiosas, ha superado los mil casos: 1.014 con al menos 2.104 víctimas, según el recuento de EL PAÍS, que incluye todos los que se conocen por medios, sentencias y admisiones de la Iglesia. Hace más de cuatro años, cuando este periódico comenzó su investigación, solo se conocían 34. Se ha alcanzado el millar de acusados con el cuarto informe, con 45 nuevos casos, entregado por este diario a la Conferencia Episcopal Española (CEE) y al Defensor del Pueblo, que desde hace un año tiene abierta una investigación encargada por el Congreso. En total, este diario ha comunicado en sus informes 545 casos, con 704 testimonios que ocupan más de 1.300 páginas, para que la Iglesia los investigue, como le obligan sus pro- |
a un psicólogo, tras arrastrar numerosas secuelas de estrés postraumático. Le han ido contactando antiguas compañeras. Una es María Alvarez: “Lo que yo me pregunto es: si yo, con siete u ocho años, me estaba dando cuenta, ¿los profesores? Miraban a otro lado”. Otra mujer prefiere el anonimato. Con 14 años era voluntaria en el comedor y lo veía todo: “Cada vez que lo veía con una niña, le decía a la pequeña que se fuera a jugar”, relata. “Después de pillarlo llevándose a una niña hacia donde él dormía, y de encontrármelo haciéndole cariñitos a un niño en el poli- deportivo, fui al director. Me dijo que me creía, pero que hacían falta pruebas”, continúa. “Si no recogimos 100 firmas, con ayuda de las madres, no cogimos ninguna. Me dijeron que iban a sancionarlo y lo que hicieron fue mandarlo a los salesianos de Atocha, que era solo de chicos”. Dice que fue |
Otros países calculan que entre un 4% y un 7% de sus religiosos han cometido abusos Este diario ha comunicado 545 incidentes con 704 testimonios Muchas víctimas arrastran secuelas de estrés postraumático |
en 1997. Los salesianos confirman que investigan el caso tras recibir un testimonio. Estuvo en Vallecas de 1992 a 1999, “con funciones administrativas”. Luego fue trasladado a Mohernando (Guadalajara) y en 2012, a una residencia en Arévalo (Ávila), donde falleció en 2013. En cuanto a las denuncias a la dirección, indican: “Hemos preguntado a los directores que coincidieron en esos años y no tienen constancia de nada”. Igual que Silvia Martínez no ha podido contarlo hasta ahora, el millar de acusados que ha salido a la luz es la punta del iceberg y por primera vez se puede traducir en cifras. La CEE reveló el mes pasado, en su informe Para dar luz, un dato decisivo para calcular la incidencia de la pederastía: el número total de sacerdotes y religiosos que ha habido en España de 1940 a 2021. Según la Oficina de Estadística de la CEE, han sido 205.000. Es decir, los casos |
conocidos, 1.014, suponen el 0,49% del total. No obstante, la cifra total del clero se desglosa en Abusos sexuales en la Iglesia católica: análisis del problemay de la respuesta jurídica e institucional (Aranzadi, 2021). Un 4% de los pederastas en la Iglesia española serían 8.200 curas y religiosos, aunque si se aplica este porcentaje solo al clero masculino son 4.400 personas. Si se considera el 7%, la cifra ascendería al 14.350, que serían 7.700 hombres. “Estos datos son perfectamente posibles”, opina la experta Gema Varona, investigadora del Instituto Vasco de Criminología. “Si estamos hablando de un 4% es un problema social, no una minoría. El problema, además, es cómo han sido tratadas las víctimas por esa institución”. El 4% del clero es la cifra que las víctimas. |
En la mayoría de los procesos, órdenes y obispados luego no dan explicaciones a este periódico sobre sus indagaciones, ni sobre los casos que conocen. EL PAÍS lleva la única contabilidad contrastada de la pederastía en la Iglesia española, en la base de datos que creó en abril de 2021. Este diario renueva esta herramienta básica para conocer la dimensión del fenómeno, ante el volumen cada vez mayor de casos que salen a la luz. A partir de ahora se hará pública más información de cada uno de ellos y se actualizarán con mayor frecuencia. Estarán disponibles datos como las iniciales de los acusados, fecha y lugar de los hechos, órdenes y diócesis implicadas, y datos del encubrimiento si lo hubo. Al menos 60 obispos y 14 superiores de órdenes religiosas han silenciado y tapado casos de abusos. Los informes de EL PAÍS nacen de los cientos de personas que siguen escribiendo al correo electrónico de denuncia abierto en 2018. Aún hoy hay muchos secretos ocultos. Por ejemplo, el caso del salesiano Julio en el colegio Ciudad de íos Muchachos de Va- llecas, en Madrid. Surge porque Silvia Martínez decidió contarlo en Instagram. Tenía siete años en 1993, cuando este religioso empezó a abusar de ella. “Era el encargado del comedor y del recreo. Abusaba de mí durante la hora de comer. Me tocaba la vulva por debajo del pantalón, por encima de las braguitas”. Cuenta que las agresiones duraron tres años, hasta que cumplió los 10. “Cuando terminaba de comer él me seguía”, recuerda con la voz entrecortada. “A mis padres nunca les dije nada, pero yo nunca quería ir al colegio. Fingía estar enferma, luego terminé estándolo. Era llegar el domingo por la tarde y empezar con los vómitos”. Martínez ío contó por primera vez en 2011 |
Los colegios representan más de la mitad de los abusos |
El análisis del millar de casos de pederastía en la Iglesia analizados por este periódico permite ver una primera aproximación a la historia de los abusos en España en los últimos 70 años. El 75% de los |
acusados presuntamente abusaron de niños; el 14%, de niñas; y un 2%, de víctimas de ambos sexos. En el resto, la Iglesia no ha revelado el sexo de la víctima. El caso más antiguo data de |
1927. La década con más casos, uno de cada cuatro, son los años sesenta. En lo que llevamos de siglo XXI el porcentaje supera el 14% de las denuncias contabilizadas. Por provincias, Madrid y Barcelona son las que más casos tienen: 111. Les sigue, mucho más lejos, Navarra (61). Las que menos acusados del clero registran son Guadalajara y Soria, solo con uno. De las 70 diócesis, solo en |
12 no constan denuncias. Los colegios representan más de la mitad del millar de casos. Las órdenes, por su labor educativa, siguen siendo las que más casos recogen. Los jesuítas son los que más acusados acumulan, 155 con 341 víctimas. Seguidos de maristas y salesianos. El mapa de. los casos destapados en cada provincia revela el papel decisivo de los medios de comunicación: allá donde |
dio en EE UU el primer estudio de referencia de la City University de Nueva York, en 2004. En Irlanda, el informe Ryan de 2009 del Gobierno cifró entre el 6% y el 9%. En 2019 en Alemania, investigadores encontraron casos en un 4,4% de los clérigos entre 1946 y 2014. Estudios similares en Bélgica y Australia señalan lo mismo. En las nuevas historias que ha recogido se repiten las pautas anteriores: la impunidad, el encubrimiento, las secuelas. Pero a medida que pasa el tiempo salen a la luz los casos más ocultos, cada vez más complejos y graves. Víctor Landa, alumno de los escolapios de Bilbao hasta 1975, ha arrastrado el peso de los abusos toda su vida, aunque empezó a recordar hace solo unos años en terapia. Su caso es más sobrecogedor porque, según relata, sufrió abusos sexuales por parte de diversos miembros de su familia, entre ellos su tío abuelo, Luciano Pinillos, escolapio. Landa cuenta que era una figura conocida en Bilbao y muy admirada en su familia, que era muy nacionalista. Era tratado como un héroe porque fue capellán de gudaris en la |
Año de inicio de los abusos |
Guerra Civil. “Cuando lo conté, toda mi familia me dejó de lado”. “Hace unos años empecé a tener recuerdos, sobre todo relacionados con los olores”, comparte. “Solía venir a visitarnos y le tenía una gran repugnancia. Tardé en tener como una película completa, una violación, que es la imagen más fuerte que tengo. Tenía ocho o nueve años, en mi casa. Creo que ha habido más episodios, en su habitación del colegio. Estoy bien, ahora sé tramitarlo. Estuve cinco años con una psico- terapeuta, una gran profesional, que me ha ayudado mucho”. “Se restregaban contra ti” Otro caso especialmente grave es el de Albert Vallory, de 66 años, pediatra jubilado. Relata abusos de cuatro hermanos maristas en el colegio que esta orden tenía en la calle de Anselm Clavé, en Llei- da, en los años sesenta. ‘Yo cantaba en el coro y había tres hermanos que se metían estratégicamente entre nosotros y nos magreaban. Estaban empalmados, se restregaban contra ti, y te tocaban el culo, los genitales. Nos pasaba a todos, y al menos éramos 15 niños. Sus nombres eran Mario, Lucio y Marcelino”, señala. Pero luego ocurrió algo peor. Cuando Vallory iba a las letrinas solía ver a un hermano vigilando la zona, no recuerda su nombre. “Una vez, con la excusa de ver si me había limpiado bien, me bajó |
ha habido medios que investigaban, los casos salían a la luz, como en Cataluña o Navarra. España va con mucho retraso en afrontar la verdad y los únicos datos públicos siguen siendo los de este periódico, mientras la Iglesia está cambiando a marchas forzadas su aproximación a la cuestión. Hasta hace dos años aseguraba que en España apenas había casos, pero la Conferencia |
Episcopal Española ya reconoce 728 acusados y casi mil víctimas. En cuanto al Defensor del Pueblo, su última actualización, en marzo, precisó que ha atendido ya a 445 víctimas. Pero siguen siendo cifras muy bajas respecto a otros países, donde se han encargado estudios independientes. En Francia, la investigación que encomendaron los obispos estimó por extrapolación más de |
330.000 víctimas y entre 2.900 y 3.200 agresores. Entrevistaron a más de 6.000 víctimas y testigos. En Portugal, otro estudio para los obispos contó con 512 testimonios y estimó más de 4.800 víctimas desde los añ’os cincuenta. Del millar de casos emerge que al menos 60 obispos, entre ellos altos cargos —como Antonio María Rouco Varela, Carlos Osoro y Vicente Enrique y |
Tarancón— y 14 superiores de : órdenes religiosas han silenciado y tapado casos de abusos, a veces trasladando simplemente de destino a los pederastas, también al extranjero. Ni la Iglesia española ni el Vaticano han tomado nunca medidas al respecto. La lista de los 74 obispos y superiores con sospechas de encubrimiento tam- ¡ bién se puede consultar en la nueva base de datos. |
tenías era chillar, pero me tapaba la boca, no podía escaparme, tenía seis años. Cuando terminó, me dejó irme. Imagino que como yo habría muchos. Ahora me avergüenzo, como si hubiera sido culpa mía, y el síndrome de Estocol- mo lo tienes siempre”. Los maris- tas señalan que no tenían constancia de estas acusaciones. Vallory volvió a sufrir abusos con 19 años en 1976, cuando la mayoría de edad era 21. Fue en el primer año de universidad en Barcelona. Se alojaba en la residencia Ramón Llull. Era de la Diputación, pero tenía de director espiritual a un jesuíta, el profesor Mi- quel Arbona i Pizá. “Se fue ganando mi confianza, y empezamos a hacer excursiones los fines de semana. íbamos los dos solos. Una vez nos quedamos a dormir en una pensión en Sant Miquei del Fai. Me dijo que solo había cama de matrimonio. Cuando me metí en la cama me empezó abrazar y vi que estaba empalmado y me tocaba. Yo me opuse, pero me trabó con las piernas y me obligaba con la mano a masturbarle. Yo estaba muy angustiado, me veía ya como en el colegio en Lleida, y solo quería que se acabara. Luego se quedó dormido, yo me quedé despierto toda la noche. Nunca más me relacioné con él. Al poco tiempo tenía otro chico con el que se iba de excursión”. Vallory tiene depresiones y confiesa que levantarse cada día es muy duro. “Bendito el que se muere. El que se escapa lo padece toda la vida”. Los jesuítas afirman que no habían recibido hasta ahora ninguna acusación contra Arbona. |
Si conoce algún caso que no ha sido denunciado o no figura en esta información, puede hacérnosio llegar a través dei correo electrónico abusos@eipais.es. |